Este es un apartado que me parece muy importante porque la llegada de un bebé siempre llega acompañado de una lluvia de consejos y recomendaciones que, aunque bien intencionados, no siempre son útiles y la mayoría de las veces perjudiciales para la lactancia porque están basados en antiguas creencias totalmente obsoletas.
La forma más eficaz de combatirlas es con la información. Cuando nos formamos, comprendemos el porqué de las cosas y su explicación científica, no solo tenemos mejores argumentos para rebatir, sino que ganamos en seguridad y estamos más convencidas de lo que estamos haciendo.
Os pongo ejemplos de los falsos mitos más frecuentes:
• “No tienes suficiente leche”, “Está todo el día enganchado, eso es que se queda con hambre” “Hay que darle un suplemento de biberón”: La mayoría de la gente no sabe que a mayor demanda del bebé mayor producción de leche, por lo que el hecho de que haya temporadas en las que esté más demandante no significa que no se esté alimentando bien, sino que está aumentando la cantidad de leche que necesita. Son las llamadas crisis de lactancia o crecimiento.
• “Tu leche es agua, ya no le alimenta”: Esta suelen decirla cuando el bebé es un poco más mayor. Hay que saber que el 90% de la composición de la leche materna es agua y que la leche materna aporta 700 kcal, muchas más que la leche de vaca.
• “Durante la lactancia no puedes tomar medicamentos” “No puedes amamantar si estás enferma”: La lactancia es mucho menos restrictiva en lo que a medicación se refiere con respecto al embarazo y permite un amplio abanico de medicación compatible.
• “A partir de los 6 meses hay que destetar” “Ese niño ya es muy grande, deberías dejar ya el pecho porque de mayor va a coger algún trauma”: La OMS recomienda lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida, hasta los 2 años combinada con otros alimentos y a partir de los 2 años, hasta que la madre y el niño quieran. Además hay estudios clínicos que demuestran que los niños con lactancias prolongadas tienen mejor salud emocional y son mucho más seguros que los que han tomado biberón.