Desde el Colegio queremos reconocer la labor de nuestros colegiados, que han desempeñado una labor fundamental en todos los ámbitos del ejercicio profesional de la farmacia: desde los hospitales a la farmacias comunitarias, pasando por los laboratorios de análisis clínicos, la Salud Pública, investigación o distribución de medicamentos y vacunas, entre otros.

Al cumplirse el primer año de la declaración de Estado de Alarma por la pandemia de la COVID-19, desde el Colegio hacemos balance de estos doce meses de emergencia sanitaria. Un periodo en el que la profesión farmacéutica ha sido proactiva y ha permanecido de guardia, junto al paciente y colaborando con el sistema sanitario y el resto de profesionales de la salud. Los farmacéuticos han estado en los puntos más críticos de la pandemia, garantizando la distribución y dispensación de medicamentos, investigando o educando a la población, así como colaborando de forma activa en acciones de índole social contra la violencia de género o asistencia a personas vulnerables. Una labor desarrollada, entre otros, desde centros de salud, hospitales, laboratorios de análisis clínicos o las 872 oficinas de farmacia de la provincia.
Ante la magnitud del reto en salud pública al que nos enfrentamos, y como profesionales sanitarios más próximos a la población, desde primera hora tuvimos una actitud constructiva que ha permanecido intacta durante todo este tiempo y que se ha reflejado en la puesta en marcha de muchas de estas iniciativas como el reparto de mascarillas entre los más vulnerables o la atención farmacéutica domiciliaria.
Desde los primeros compases de la pandemia, desde el Colegio ofrecimos a las autoridades sanitarias nuestra colaboración y la de toda la red de oficinas de farmacia de la provincia para acciones cribado y detección precoz de la COVID-19, así como para facilitar el proceso de vacunación.
Entre las principales labores desarrolladas desde los primeros días de pandemia por los farmacéuticos ha estado la educativa; formación e información dirigida a promover la prevención y salvar vidas, más si cabe en un momento en el que hospitales y centros de salud vivían una situación de colapso. Para ello, los farmacéuticos generaron una ambiciosa y completa batería de documentación para profesionales y pacientes de la que dimos buena cuenta en nuestras redes sociales. Este arsenal de herramientas ha contribuido a frenar el avance de una pandemia en la que la farmacia ha sido el primer centro sanitario donde los ciudadanos han acudido a informarse.
Otra de las preocupaciones fue que el confinamiento o la cuarentena no dejase a ningún paciente sin su medicamento. Para para ello los farmacéuticos establecimos un protocolo para llevar a cabo la atención farmacéutica domiciliaria, garantizando así la prestación farmacéutica a los más vulnerables. También se articularon sistemas de colaboración entre la farmacia hospitalaria y comunitaria para garantizar esa continuidad asistencial en la dispensación de medicamentos hospitalarios.
A los efectos sanitarios de esta crisis se suman sus efectos sociales, por lo que desde la profesión farmacéutica se ha sido proactivo con iniciativas como Mascarilla-19, destinada a prestar ayuda a víctimas de violencia de género; o la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la detección de personas pertenecientes a colectivos vulnerables, especialmente mayores, y que han dejado de retirar su medicación habitual, señal de que pueden necesitar ayuda.
Toda esta labor desempeñada por la profesión española en su conjunto ha sido motivo de hasta 14 reconocimientos, entre ellos el Premio Princesa de Asturias, por su papel durante la pandemia, confirmando su cercanía y accesibilidad a los ciudadanos, que reconocen su vocación de servicio y su compromiso social y sanitario. Una realidad que también quedó demostrada en un estudio de GAD-3 que puso de manifiesto que el 91,3% de los ciudadanos valora positivamente la actuación de la farmacia en la crisis, y que el 98% confía en la información que le proporciona su farmacéutico.
Desde el Colegio queremos agradecer de nuevo la extraordinaria labor desempeñada por todos y cada uno de los compañeros en este año, por su compromiso y vocación de servicio. Una labor esencial en tiempos muy difíciles, en los que ha quedado demostrado que en todas las situaciones, la farmacia ha estado más cerca que nunca del paciente.