Recientemente hemos celebrado la Semana Mundial de la Lactancia Materna y por ello hemos querido hacer un post con cinco pautas muy sencillas para conseguir una lactancia satisfactoria.

¿Y por qué os animamos a promocionar la lactancia? Pues porque como todos sabéis tiene múltiples ventajas, no solo para el bebé al que le aporta inmunidad y protección frente a las enfermedades presentes y futuras, favorece el vínculo afectivo, ayuda al desarrollo del cerebro y regula el ciclo vigilia-sueño, sino también para la madre, la cual puede perder peso más rápidamente, sufren menos estrés y dolor debido a su potente efecto antidepresivo, así como una menor probabilidad de padecer cierto tipo de enfermedades en el futuro como osteoporosis o cáncer de mama. En definitiva, cuanto más tiempo se prolongue la lactancia, mayores serán los beneficios que aporta.
¿Y cómo podemos conseguir todo esto? Pues siguiendo estos consejos que os van a ayudar a amamantar de manera muy sencilla.

1. Contacto precoz

Numerosos estudios clínicos avalan la importancia del contacto piel con piel durante las dos primeras horas tras el parto, ya sea natural o por cesárea, ya que en este periodo los bebés presentan un estado de alerta tranquila en el que permanecen despiertos, esto les permite reconocer el olor de su madre y buscar reptando el pecho para iniciar la succión. Este tipo de comportamiento es innato y no se vuelve a repetir, por ello hay una mayor probabilidad de éxito y duración de la lactancia materna cuando se potencia el contacto precoz.

2. Agarre correcto

El 90% de los problemas de lactancia se deben a un mal agarre y exceptuando problemas médicos como frenillo o barbilla invertida, la principal causa es que no estamos acostumbrados a ver a otras madres dando el pecho y si a ver como toman el biberón, de manera que la posición en la que hay que colocar al niño no es la misma y de ahí la confusión.
La postura correcta sería: colocar al niño con la boca muy abierta y los labios hacia fuera. Tiene que tener la cara muy pegada al pecho, algunos padres se agobian porque tiene la nariz muy pegada al pecho, pero tranquilidad, no se ahogan y respiran perfectamente. Por último, la oreja y el hombro del bebé tienen que estar alineados, así como su ombligo pegado al de mamá.
Si seguimos estas indicaciones, el bebé hará el resto y hay que tener claro una cosa, NO DEBE DOLER. Si es así, es mejor retirarlo del pecho y colocarlo bien las veces que hagan falta, ya que podría provocar grietas, mastitis y poca ganancia de peso.

3. Conocer los falsos mitos

Este es un apartado que me parece muy importante porque la llegada de un bebé siempre llega acompañado de una lluvia de consejos y recomendaciones que, aunque bien intencionados, no siempre son útiles y la mayoría de las veces perjudiciales para la lactancia porque están basados en antiguas creencias totalmente obsoletas.
La forma más eficaz de combatirlas es con la información. Cuando nos formamos, comprendemos el porqué de las cosas y su explicación científica, no solo tenemos mejores argumentos para rebatir, sino que ganamos en seguridad y estamos más convencidas de lo que estamos haciendo.
Os pongo ejemplos de los falsos mitos más frecuentes:
 “No tienes suficiente leche”, “Está todo el día enganchado, eso es que se queda con hambre” “Hay que darle un suplemento de biberón”: La mayoría de la gente no sabe que a mayor demanda del bebé mayor producción de leche, por lo que el hecho de que haya temporadas en las que esté más demandante no significa que no se esté alimentando bien, sino que está aumentando la cantidad de leche que necesita. Son las llamadas crisis de lactancia o crecimiento.
 “Tu leche es agua, ya no le alimenta”: Esta suelen decirla cuando el bebé es un poco más mayor. Hay que saber que el 90% de la composición de la leche materna es agua y que la leche materna aporta 700 kcal, muchas más que la leche de vaca.
 “Durante la lactancia no puedes tomar medicamentos” “No puedes amamantar si estás enferma”: La lactancia es mucho menos restrictiva en lo que a medicación se refiere con respecto al embarazo y permite un amplio abanico de medicación compatible.
• “A partir de los 6 meses hay que destetar” “Ese niño ya es muy grande, deberías dejar ya el pecho porque de mayor va a coger algún trauma”: La OMS recomienda lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida, hasta los 2 años combinada con otros alimentos y a partir de los 2 años, hasta que la madre y el niño quieran. Además hay estudios clínicos que demuestran que los niños con lactancias prolongadas tienen mejor salud emocional y son mucho más seguros que los que han tomado biberón.

4. Apoyo

Si una madre recién parida, primeriza, formada en lactancia, con todas las inseguridades, las hormonas revueltas, etc. no tuviera apoyo o no se sintiera apoyada, tendría grandes dificultades para amamantar a su bebé. El apoyo lo podemos encontrar en diferentes figuras y cada una de ellas tiene un papel diferente:
• Pareja: Es el sostén de la madre, se tiene que encargar de la organización del hogar, de otros hijos, es el escudo frente a las críticas y de atender las visitas y las llamadas. Su labor es fundamental ya que gracias a el se construye la relación de la madre con el bebé. No necesita dar el biberón para integrarse, puede bañarlo, cambiar el pañal, dormirlo, etc. dejando tiempo a la madre para descansar.
• Familia: También son muy importantes, pero tienen que encontrar su sitio ya que a veces pueden agobiar y hay que hacerles ver cuales son sus límites. Pueden ayudar trayendo comida, limpiando o cuidando de otros hermanos.
• Personal sanitario: Debe estar correctamente formado en lactancia, informar sin presionar y aconsejar sin juicios ni opiniones personales. Deben ser un referente.

5. Buena alimentación

Durante la lactancia no se necesita seguir ninguna dieta especial, aunque si hay que seguir una serie de recomendaciones nutricionales para garantizar un buen estado de salud de la madre.
• Tomar 5 raciones de frutas y verduras al día, así nos aseguraremos de aportar las vitaminas y minerales necesarios. Así como carne magra, pescado, legumbres y grasas saludables preferentemente insaturadas (mono y poliinsaturadas) presentes en el aceite de oliva, frutos secos y aguacate.
• Importante comer cereales integrales, como el arroz, la pasta o la avena, para evitar el estreñimiento y además son una importante fuente de energía.
• Aumentar el consumo de lácteos para mantener los niveles de calcio correctamente.
• Beber mucha agua, como mínimo 2 litros al día para mantenerse bien hidratada.
• Evitar el consumo de cafeína, sobre todo durante los tres primeros meses. Después un consumo moderado y ocasional no afecta al bebé.
• Existe la creencia popular errónea de que la cerveza hace que “suba” la leche, cuando lo correcto sería eliminar por completo la toma de alcohol, ya que puede producir alteraciones en el desarrollo neurológico del lactante.
• Limitar el consumo de atún y pez espada a dos veces por semana, por su alto contenido en mercurio.
• Debemos tener en cuenta que ningún alimento hace que se produzca más leche, solo la succión del bebé.
Sin embargo, lo más importante a la hora de conseguir una lactancia de éxito es querer hacerlo y confiar, tanto en nosotras mismas como en nuestros bebés. Con estas dos premisas disfrutaremos de la lactancia durante todo el tiempo que decidamos mantenerla y sobre todo con la satisfacción de haber hecho lo que decidimos que era lo mejor para nuestros hijos.

Bibliografía

Autor/es

Farmacéutica-Nutricionista. Miembro del Grupo Adjúntate Embarazo, Lactancia y Pediatría. COF Sevilla