Durante el embarazo, es frecuente el uso de medicamentos a pesar de que ningún fármaco es totalmente seguro para el feto. En el post de esta semana te contamos qué opciones son seguras para las patologías comunes.

Según algunos estudios, hasta un 80% de las embarazadas utilizan al menos un medicamento durante la gestación y puede ser bien por patologías previas de la madre o bien por nuevas situaciones que aparecen durante el embarazo, como pueden ser náuseas, vómitos, pirosis, estreñimiento, anemia, dolor, fiebre, etc.
Respecto de los fármacos, hay que decir que son pocos los que han demostrado ser perjudiciales para el feto de forma concluyente, pero hay que tener en cuenta a pesar de esto sobre todo dos cosas:
  • En las primeras fases del embarazo no existe ningún fármaco seguro.
  • La información relativa a la seguridad de su uso durante la gestación es limitada.
Por estas razones, es importante tener ante la necesidad de hacer uso de tratamientos para paliar situaciones patológicas de la madre, los siguientes consejos:
1. Usar siempre el medicamento cuando los beneficios esperados sean siempre superiores a los riesgos conocidos.
2. Elegir siempre fármacos de los que se conozca bien sus efectos por una amplia experiencia clínica.
3. Utilizar siempre la mínima dosis eficaz posible.
4. Mantener el tratamiento el mínimo tiempo necesario.
5. No olvidar que las cremas y pomadas también se absorben y pueden tener efectos sobre el feto.
Existen varias clasificaciones en las que se establece el riesgo de los distintos medicamentos, pero la más extendida es la propuesta por la FDA. En general, se admite como medicamentos seguros los de las categorías A y B. Los de las categorías C y D se deben reservar para aquellas situaciones mas graves y los de la X deben ser evitados siempre.
Errores más habituales que suelen cometerse
  • No tener en cuenta en los momentos previos a la concepción los factores de riesgo derivados de la toma de medicamentos.
  • No tratar adecuadamente las situaciones que pueden conducir a un riesgo importante para la madre o el feto, por ejemplo vómitos que conducen a la deshidratación, hiperemesis gravídica (vómitos en el embarazo), hipertensión, diabetes o asma.
  • Considerar inocuos la fitoterapia o los medicamentos que se venden sin receta (automedicación) y que sin embargo en la embarazada pueden tener repercusiones importantes. Por ejemplo, la mayoría de los antigripales suelen tener simpaticomiméticos y/o antihistamínicos asociados a expectorantes o mucolíticos que tienen categoría C, y cuya seguridad no se ha demostrado demostrado claramente.
  • Abusar de los complejos vitamínicos y de la administración de suplementos de hierro.
  • A continuación se recoge una tabla con las principales patologías durante el embarazo y los fármacos de elección  con la categoría correspondiente de la FDA. Es importante recordar que la mayoría de los fármacos que se incluyen, necesitan de la prescripción médica para ser dispensados.

 

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FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla