Todos tenemos en casa una caja con medicamentos, un termómetro, material de cura etc. Es a lo que llamamos botiquín casero, muy útil en determinadas ocasiones, como por ejemplo para aliviar una cefalea o curar una herida. Hoy vamos a ver cinco errores que cometemos usando el botiquín para sacarle el máximo partido al mismo sin poner en peligro nuestra salud o la de nuestra familia.

1. Me encuentro mal, me duele la garganta y tengo fiebre, voy a usar este resto de antibióticos que tengo de la última vez

¡¡Fatal!! Jamás te automediques con antibióticos. Lo más probable es que tengas una infección vírica en la que los antibióticos no sirven para nada.
Esta práctica hace que se creen resistencias, que pueden terminar consiguiendo que cuando tú (o alguien de tu familia) realmente necesite antibióticos, ya no tengamos arsenal al que recurrir.
Hay estudios que sugieren una relación entre ciclos repetidos de antibióticos en niños y aumento de la incidencia de diabetes y obesidad entre otras patologías por cambios en la flora intestinal que puede tardar hasta años en recuperarse.
Para evitar tentaciones, elimina el resto de antibióticos en el punto Sigre de tu farmacia, no hay ninguna posible situación en la que esos antibióticos te vayan a aportar beneficios, así que deshazte de ellos, elimínalos del botiquín.

2. Mi hijo está muy decaído y con fiebre, voy al centro de salud pero lo voy llevar sin darle nada para que el pediatra vea lo mal que está

Otro error.  Dale paracetamol o ibuprofeno (este último si tiene más de 6 meses). Es mucho más difícil para el pediatra explorar al niño si llega con un “fiebrón” de narices. Tu pediatra va a creerte, no te preocupes.
Si tu hijo entre pico y pico de fiebre responde bien al medicamento, juega y está animado y contento, no tienes que preocuparte, puedes pedir cita con tu pediatra sin tener que acudir corriendo a urgencias.

3. Han vacunado a mi hijo, voy a darle paracetamol como preventivo por si le da fiebre

No. ¿Y si no le da? Tememos a la fiebre como a la peste, y la fiebre es un sistema de defensa estupendo de nuestro organismo. Si tiene fiebre y el niño se encuentra mal (hay niños que con fiebre están felices), entonces le daremos el antitérmico.
Además, los antitérmicos interfieren en la respuesta del organismo a las vacunas por lo que no deben usarse de forma sistemática.

4. Para saber si un medicamento está caducado miro la fecha de caducidad

No siempre: los jarabes y colirios que ya has abierto tienen una vida más corta. Apunta en la caja cuando abriste el envase y revisa esa fecha, porque es posible que el medicamento ya no esté en condiciones para su uso.
Sobre todo, ten mucho cuidado con los colirios, que caducan enseguida desde su fecha de apertura.
Algunos ejemplos: Dalsy® (Ibuprofeno) es estable un año tras su apertura, Apiretal® (paracetamol), 6 meses, Bilina® (colirio antihistamínico), 28 días.

5. Un buen sitio para colocar el botiquín es el cuarto de baño, así los tengo a mano

Posiblemente el peor sitio de la casa para almacenar medicamentos. En el baño, debido a los baños y duchas, se alcanzan condiciones de humedad y temperatura pésimos para conservar los medicamentos.
Un buen sitio para guardarlos puede ser una despensa. Busca el lugar lo más fresco y seco posible de la casa. Y por supuesto, siempre fuera del alcance de los niños.
Si tienes dudas con tu botiquín o quieres hacer una buena limpieza, acude a tu farmacia, recuerda que el farmacéutico es el profesional sanitario experto en el  medicamento.

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Farmacéutica. Desarrollo de Proyectos Profesionales y Relaciones Institucionales del COF Sevilla.