Algunas son exquisitas y otras pueden ser tóxicas o, directamente, mortales. Si tienes pensado ir a buscar setas este otoño, no te la juegues: con estos sencillos consejos podrás disfrutar de esta afición y evitarás sorpresas desagradables.

El otoño invita a visitar los bosques y la recolección de setas puede ser un aliciente más, sobre todo si pensamos consumirlas después. Sin embargo, algunas son tóxicas o mortales y cada año se producen numerosos ingresos hospitalarios por ingestión de especies nocivas. Por ello, es importantísimo identificar correctamente los ejemplares  encontrados y evitar los perjudiciales para la salud.

Cómo saber si una seta es tóxica: falsos mitos

La regla para saber si una seta es nociva es que… ¡no hay ninguna regla! Quizás hayas oído que al cocinar setas tóxicas con algún objeto de plata éste se pone negro, o que todas las setas con anillo son venenosas, o que si está roída por animales se puede comer. ¡Todo falso! Estos mitos heredados de otras generaciones no tienen base científica alguna y pueden inducir a errores con graves consecuencias.
Tampoco es cierto que el vinagre elimine las toxinas, aunque en algunos casos sí pueden desactivarse con el calor de la cocción. Esto último suelen indicarlo los manuales de identificación. Y sí es verdad que muchas setas, sobre todo en grandes cantidades, pueden ser indigestas.
El consejo más valioso que podemos dar es que consumas únicamente las setas que conozcas perfectamente. Si no estás seguro/a, no las comas. Ve acompañado o consulta a un experto siempre que te sea posible y ayúdate de un manual de identificación, aunque quizás sólo con las fotos no tengas suficiente. Lee la descripción completa, suele contener otras formas de identificar la especie como el olor que desprende o el color del látex al cortar un trozo, por ejemplo.

Otros consejos para la búsqueda

Sobre todo si vas solo/a, es útil llevar el móvil o cualquier sistema de geolocalización (aunque conozcas bien el sitio) por si ocurre un accidente. No entres en propiedad privada sin permiso.
Seta y hongo no son lo mismo; la seta es el cuerpo fructífero de algunos hongos, es decir, la forma reproductora (el hongo recorre el suelo bajo la superficie en forma de hilitos blanquecinos). Para ayudar a la dispersión de las esporas reproductoras, lleva las setas que hayas recogido en una cesta en lugar de en una bolsa de plástico. También se debe sacar la seta entera y después tapar el agujero para proteger el cuerpo del hongo (micelio) que está debajo.

Cómo identificar una intoxicación y qué hacer si ocurre

Las intoxicaciones de rápida aparición (entre media hora y 3 horas tras su consumo) no suelen ser graves y los síntomas son de carácter gastrointestinal (dolor abdominal, náuseas, vómitos…). La gravedad depende también de la cantidad ingerida.
Tienen más importancia las intoxicaciones que aparecen después de 4-6 horas, ya que cuando aparecen los síntomas puede que los daños en el organismo sean graves. Por este motivo, ante la aparición de los primeros síntomas (malestar general, dolor abdominal, vómitos, sed, sudoración, angustia, pulso débil) se debe tranquilizar al paciente, acudir a un centro hospitalario rápidamente y comunicar que se sospecha de una intoxicación por ingestión de setas (es útil llevar algún ejemplar para identificar el causante de la intoxicación y poder elegir el tratamiento más adecuado). También es recomendable llamar al Instituto Nacional de Toxicología: 91 562 04 20.
Para finalizar, un mensaje de tranquilidad: no por esto se debe desaconsejar el consumo de setas silvestres, hay muy pocas especies de setas mortales y se cuenta con tratamientos efectivos. Con prudencia y sentido común se puede disfrutar de estos imprescindibles del otoño.

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