Desde hace algunos años existe gran controversia respecto a la relación que existe entre las sales de aluminio presentes en algunos desodorantes y el cáncer de mama. Me gustaría aclarar en este pequeño artículo qué hay de cierto en esta noticia, y si realmente existe o no este riesgo.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que, aunque se hable de desodorantes en general, dentro de esa denominación genérica debemos distinguir dos tipos de productos cosméticos con acción diferente:

  • ANTITRANSPIRANTES: Son preparados que controlan la transpiración y el olor corporal. Actúan mediante un doble mecanismo: evitan que la transpiración llegue a la superficie de la piel, y eliminan las bacterias que producen el olor corporal. Sus formulaciones han de incluir, por tanto, principios activos que inhiban los mecanismos de producción del sudor por las glándulas sudoríparas, y compuestos antimicrobianos.
  • DESODORANTES: Son cosméticos destinados a impedir, atenuar, enmascarar o eliminar el mal olor desprendido por la descomposición bacteriana del sudor. En su composición incorporan principalmente antimicrobianos, a fin de limitar el desarrollo de la flora bacteriana responsable de la degradación de los componentes del sudor que originan sustancias fétidas.

Las sales de aluminio tienen actividad antitranspirante, por lo que, en todo caso, deberían formar parte de la composición de los primeros. Su mecanismo de acción es el siguiente: cuando se mezclan con el sudor, se disuelven en la transpiración o en la humedad de la superficie de la piel de la axila; la sustancia disuelta adquiere la forma de gel, creando una especie de “tapón” temporal en los poros de las glándulas sudoríparas y atenuando en gran medida la transpiración. Por medio de la higiene diaria (ducha, baño, aseo…), se elimina el gel antitranspirante.

Las razones por las que se relacionan las sales de aluminio con el cáncer de mama provienen de la mayor frecuencia observada en la aparición de este tipo de cáncer en la zona del tórax más próximo a la axila, es decir, la zona en la que se efectúa la aplicación del desodorante. A raíz de estas coincidencias, algunos científicos especularon con la hipótesis de que el aluminio, metal que resulta tóxico para el organismo a grandes dosis, podría ser absorbido paulatinamente por el tejido mamario, con lo que aumentaría la probabilidad de padecer cáncer.

Sin embargo, ninguno de los estudios realizados ha aportado evidencias científicas capaces de demostrar que las sales de aluminio aumenten el riesgo de padecer cáncer de mama. Lo que sí se puede asegurar es que las personas con piel sensible tienen mayor posibilidad de padecer irritaciones si abusan de este tipo de productos, del mismo modo que les ocurre, por ejemplo, tras una depilación. Como máximo, el uso debe limitarse a tres o cuatro aplicaciones semanales.

Al no existir, por tanto, paralelismo entre el uso de las sales de aluminio y una mayor frecuencia de aparición de cáncer de mama, no debe presentar problema alguno seguir utilizando productos con sales de aluminio. No obstante, si sois personas con piel sensible, si sentís especiales molestias tras la depilación o simplemente no estáis del todo convencidas, podéis utilizar, si así lo preferís, desodorantes sin sales de aluminio.

Podéis encontrar cierta dificultad para adquirir cosméticos de este tipo sin sales de aluminio debido a que la mayoría de los mismos, tanto desodorantes como antitranspirantes, lo suelen llevar en su composición. Por ello, no dudéis en consultar con el farmacéutico, que podrá ayudaros a aclarar cuantas dudas tengáis sobre el tema de desodorantes, antitranspirantes y sales de aluminio y recomendaros el desodorante o antitranspirante más adecuado en cada caso.

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Farmacéutica comunitaria, nutricionista y experta en Dermofarmacia.