Los cambios estacionales siempre implican cambios en nuestro organismo, cambios por otro lado necesarios para adecuarnos a las nuevas temperaturas que tendremos que soportar como variaciones de humedad, número de horas de luz, etc.

Debemos empezar comentando que una correcta alimentación es fundamental para mantener nuestro organismo fuerte y responder mejor a los cambios que la nueva estación nos traiga; otro punto importante que debemos señalar es el mantenimiento de medidas higiénicas adecuadas.
Hoy más que nunca estas medidas higiénicas son importantes:
– Es importante  ventilar la casa y el lugar de trabajo
– Medidas básicas de higiene de manos
– Proteger mucosas (nariz, boca. ojos)
– Usar pañuelos desechables
– Y en las circunstancias actuales, es imprescindible el uso de mascarillas y mantener la distancia de seguridad.

¿Podemos hacer algo más?

¿Qué tal si le damos un pequeño empujón o ayuda a nuestro organismo para que sea más fuerte frente a los agentes patógenos como pueden ser virus, bacterias, hongos…?
El sistema inmunológico es el encargado de la defensa de nuestro organismo frente a los agentes patógenos; bien, pues además de las medidas higiénica-sanitarias citadas anteriormente, podemos recurrir al uso de ciertas plantas medicinales que tienen acción inmunomoduladora (actúan sobre nuestro sistema inmune).
Hay varias especies de plantas con esta acción, pero la de mayor importancia por su acción de refuerzo del sistema inmunológico es, sin lugar a dudas, la equinácea.
Los primeros datos que tenemos de esta planta se remontan al siglo XVII: era usada por la población indígena de América del Norte. La equinácea (Echinacea purpurea) es  una planta de la que se usa tanto  su raíz y como su parte aérea ya que es donde se encuentran las sustancias (principios activos) que nos interesan para su acción terapéutica.

Preparados con equinácea

  • Los preparados a base de equinácea por vía oral (jarabes, cápsulas, comprimidos para chupar, spray) se utilizan tanto para prevenir como para tratar afecciones del aparato respiratorio producidas por virus como pueden ser el virus del resfriado común y el virus de la gripe.
  • Se emplea también en tratamiento de infecciones genitourinarias.
  • Por vía tópica se utiliza para tratar heridas superficiales.
Debemos tener en cuenta que debido a su acción sobre el sistema inmunitario estaría contraindicado en enfermedades autoinmunes.
Por la ausencia de estudios concluyentes en caso de embarazo y lactancia se desaconseja su uso. Para la administración en  adultos y niños debe tenerse en cuenta las recomendaciones de cada laboratorio, referente a dosis y pautas a seguir. En caso de duda, pregunta en tu farmacia.

Autor/es

Farmacéutica comunitaria. Grupo Adjúntate de Fitoterapia del COF Sevilla.