Antes de adquirir una mascarilla hay que tener claro cuál es la más válida para proteger frente a determinados agentes, ya que no todas son adecuadas para la protección contra esta enfermedad. En el post de esta semana te aclaramos estas dudas.

No todas las mascarillas son adecuadas para prevenir infecciones como la producida por el coronavirus. Hay que tener en cuenta el tipo de riesgo, ya que no es lo mismo convivir junto con personas contagiadas que habitar en un entorno sin contaminación directa.
Por no dejar atrás las típicas mascarillas de quirófano que todos hemos visto en alguna ocasión, y aunque no protejan frente a esta amenaza, es conveniente conocer sus usos y características por si algún usuario de la farmacia nos la solicita para este fin.
Las mascarillas quirúrgicas tienen como finalidad evitar la transmisión de agentes infecciosos por parte de la persona que las lleva (todos las habremos visto portadas por personal sanitario que asiste un intervención quirúrgica por ejemplo).
Están diseñadas de dentro hacia fuera para evitar la diseminación de microorganismos normalmente presentes en la boca, nariz o garganta y así proteger al paciente que está siendo intervenido.
También se utilizan para proteger de las posibles salpicaduras de fluidos y/o sangre por parte del paciente que está siendo intervenido.
Y ahora sí entramos en las mascarillas que sí pueden servir para protegernos de un posible contagio por coronavirus. Son las mascarillas de protección, y en este caso sí tienen como finalidad proteger al usuario frente a la inhalación de contaminantes ambientales, que es el tema que nos ocupa. Están diseñadas para trabajar de fuera hacia dentro.
Existen 2 tipos de mascarillas de protección individual:
  • Mascarillas autofiltrantes para partículas o aerosoles, que pueden ser plegables o preformadas, y pueden llevar o no una válvula con filtro (esta válvula la hace más cómoda para el usuario ya que disminuye la resistencia al paso del aire), pero lo realmente importante a tener en cuenta es el índice de protección.
Según el índice de protección, la norma europea EN 149 establece 3 categorías o niveles de protección FFP1, FFP2 o FFP3, en función de la eficacia de filtración:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para este caso una eficiencia de filtración de al menos el 95% para partículas de 0,3 micras de diámetro. Lo que equivale a una mascarilla N95 según normativa americana NIOSH. Este nivel de protección, extrapolado a la clasificación europea, se queda de camino entre la FFP2 y FFP3. De hecho no hay unanimidad sobre el FFP mínimo para una protección óptima.
Por lo tanto en zonas de riesgo moderado-bajo, si no se pueden obtener mascarillas de FFP-3, bastaría con usar mascarillas  FFP-2, mientras que las mascarillas FFP-3 se utilizarán en circunstancias donde el riesgo sea alto.
Junto a la designación del filtro de partículas pueden aparecer las letras “S” (que indica que el filtro es adecuado para aerosoles sólidos) o «SL» (adecuado para aerosoles sólidos y líquidos). Además, las mascarillas se clasifican como no reutilizables (NR) y reutilizables (R). Los equipos no reutilizables se usarán solo durante un turno de trabajo y los reutilizables habrá que mantenerlos en buenas condiciones higiénicas para su reutilización. En caso contrario, deberán ser desechadas.
  • Otro tipo de mascarillas de protección individual, además de las autofiltrantes, son máscaras para gases y vapores, en los que no vamos a entrar. Son los típicos equipos que llevan las personas que trabajan en ambientes donde se generan gases y vapores tóxicos.
La correcta colocación y ajuste de la mascarilla en la cara son fundamentales, pues de no hacerlo correctamente disminuye el nivel de protección (los porcentajes referenciados se han obtenido mediante pruebas de laboratorio con mascarillas correctamente ajustadas).
También habrá que observar y comentar al usuario las particularidades de la cara que pueden afectar a la eficacia de las mascarillas, ya que por ejemplo la barba es incompatible con una adecuada protección.
Cabe recalcar que, ante una situación de riesgo, son necesarios otros medios de protección complementarios como guantes o gafas de protección. La limpieza, higiene y desinfección son otros aspectos a tener en cuenta y que no deben faltar, como te comentamos en el post anterior sobre el lavado de manos.

Referencias

  • Protección respiratoria: mascarillas quirúrgicas y mascarillas de protección. Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Servicio Riojano de Salud (Leído el 8 de enero de 2018 en www.riojasalud.es). En: http://www.riojasalud.es/rrhh-files/rrhh/proteccion-respiratoria-rev-3175.pdf. [Consultado: 30/01/2020]
  • Procedimiento de actuación frente a casos de infección por el nuevo coronavirus (2019-nCoV). Dirección general de Salud Pública, Calidad e Innovación. Ministerio de Sanidad. Actualización de 30 de enero de 2020. En: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Procedimiento_2019-nCoV.pdf. [Consultado: 30/01/2020]

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