Cuando la mujer llega a una cierta edad (normalmente entre los 48 y 51 años) pueden comenzar una serie de síntomas previos a la menopausia que pueden alterar en mayor o menor medida su rutina habitual de vida. En la farmacia existen diferentes alternativas que pueden ayudarla a sobrellevarlos. ¿Te interesa este tema? Sigue leyendo…

Como bien sabes, la vida fértil de una mujer tiene una duración limitada. Llega un momento en que se producen ciertos cambios hormonales que llevan a una situación en la que sus ovarios dejan de segregar estrógenos; y esto es motivo para que los ciclos menstruales se hagan más irregulares hasta que llega un momento en que la regla desaparece por completo.
Pero este proceso viene acompañado de otra serie de síntomas que suelen ser bastante molestos y que pueden hacer que tu vida normal se vea alterada. Sofocos, cambios de humor, ansiedad, insomnio, problemas sexuales, incontinencia… son algunos de los ejemplos más comunes que puedan aparecer.
Cuando pensamos en una mujer menopáusica o premenopáusica lo primero que se nos viene a la mente es una mujer atada a un abanico y que continuamente está acalorada. Y es que los sofocos son quizás el principal problema que se suele presentar en esta etapa de la vida. No se trata de un simple acaloramiento sino de una oleada de calor repentina que llega a la cara acompañada de enrojecimiento y sudoración, es decir, de repente esta mujer, que se encontraba tan tranquila haciendo lo que fuera, se pone roja como un tomate y comienza a sudar como si estuviera en una sauna y a tener palpitaciones. Y esta «idílica» situación puede darse en cualquier momento del día, ya esté trabajando, en su casa o durmiendo. Si está además durmiendo, lógicamente se despertará por lo que tendrá problemas de sueño y no descansará bien… y así se van encadenando una serie de problemas que pueden hacer de la vida una especie de infierno terrenal.

Mujer, no estás sola

En la farmacia existen una serie de complementos alimenticios y productos de otro tipo que pueden ayudarte a sobrellevar estos problemas con mayor alegría. Está claro que cuando se comienza a entrar en esta etapa de la vida es recomendable acudir al médico de atención primaria o al ginecólogo, ya que en algunos casos puede ser necesario el uso de ciertos medicamentos a base de estrógenos.
Pero, aparte de esto, tu farmacéutico puede ofrecerte preparados a base de:
  • Fitoestrógenos: En este grupo se encuentran compuestos como las conocidas isoflavonas de soja y el trébol rojo o los lignanos que aparecen en las semillas de linaza. Son una forma “natural” de intentar sustituir la poca producción de estrógenos que tiene y que es la causante de los síntomas. Sin embargo, como puedes ver en este vídeo que publicamos en nuestro canal de YouTube, no debes pensar que lo natural es siempre seguro, y en este caso, por ejemplo, mujeres que tengan antecedentes de cáncer de mama u hormonodependientes deben evitar los fitoestrógenos. Además pueden interaccionar con algunos medicamentos, como las hormonas tiroideas.
  • Cimicifuga racemosa: funciona de modo parecido a los anteriores intentando suplir la falta de estrógenos.
  • Extractos citoplasmáticos de polen, que no tienen efecto hormonal como los anteriores y también parecen ir bien para el control de los síntomas que hemos visto.
Estos componentes suelen ir formulados en productos donde se acompañan por otras plantas medicinales, vitaminas y minerales que pueden ayudar además a controlar los otros problemas que pueden presentarse:
  • Valeriana, pasiflora, melisa, lúpulo… como tranquilizantes y relajantes (en problemas de ansiedad e insomnio).
  • Vitamina E como antioxidante.
  • Vitamina D y calcio como suplementos para la descalcificación de huesos que también comienza a suceder en estas edades.
Pero entonces, ¿cuál elijo? La ayuda que tu farmacéutico puede ofrecerte a la hora de seleccionar el producto que más te conviene es fundamental ya que ante tanta variedad puedes hacerte un lío.
Además siempre es conveniente seguir una serie de recomendaciones en tu día a día:
  • Come bien, es decir, de forma variada y equilibrada.
  • ¡No te quedes sentada! Incorpora la actividad física a tu rutina: dar largos paseos, subir escaleras…
  • Vístete por capas, para que en esos momentos de sofoco tengas alternativa y puedas ir quitándote y poniéndote prendas según te convenga.
  • Quizás necesites de un lubricante vaginal a la hora de mantener relaciones sexuales para contrarrestar la sequedad que puedas tener.
En fin… Lleva una vida sana ya que los factores que siempre te comentamos que debes evitar (tabaco, alcohol, café en exceso…..) también van a influir de forma negativa en estos momentos de tu vida.
Así, que ya sabes, la vida es maravillosa y no hay que sufrir innecesariamente. ¡Disfruta del momento y de las oportunidades que esta etapa de tu vida te brinda!

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FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla