En el Centro de Información del Medicamento son numerosas las consultas relativas al fraccionamiento de comprimidos, o mezcla de los mismos con alimentos, si se pueden triturar… Así que en este post vamos a intentar aclarar algunos de estos puntos.

Es frecuente, por ejemplo en niños, que les prescriban algún medicamento que les cuesta tragar, bien porque sea un comprimido de un tamaño poco apto para determinados niños, o bien porque el sabor no les resulte agradable.
De forma general no podemos manipular los medicamentos. Fármacos que no se pueden partir bajo ningún concepto, salvo que el profesional sanitario os indique lo contrario, son las formas farmacéuticas de liberación modificada; los identificarás fácilmente porque en el cartonaje indica en el nombre algo como retard, oros ®, liberación prolongada (modificada) o gastrorresistente.
Los comprimidos que son ranurados se pueden partir, siempre y cuando se vayan a tomar las dos mitades; pero si lo que se busca es dividir la dosis, no se puede asegurar que la distribución del principio activo sea uniforme y al ingerir una de las mitades no se estará tomando la cantidad adecuada del fármaco. En estos casos, debes consultar antes con tu farmacéutico.
De forma general, podemos afirmar que los comprimidos que se pueden partir, también se pueden triturar, pero esto conlleva un posible problema, y es que normalmente no están preparados para aportar un agradable sabor, y es posible que resulte desagradable al gusto. Una forma de evitar este inconveniente, es mezclarlo con algún alimento tipo crema, compota o yogur. En este mismo sentido, podemos afirmar que las cápsulas que no son recubiertas, es decir, las de toda la vida, se pueden abrir y mezclar el contenido con alimento, cuando tragar la cápsula entera resulte complicado.
Si nada de esto es posible, puedes consultar a tu farmacéutico si ese medicamento prescrito existe en forma de jarabe o sobres para mezclar con agua.
Como ya he apuntado, una de las manipulaciones frecuentes que hacemos en casa es mezclar con alimentos; en el caso de mezclar el medicamento con el contenido del biberón (o cualquier otro tipo de alimento), debemos tener la precaución de mezclarlo con una cantidad de comida que seguro vaya a ser ingerida; es decir, no lo mezcles con el total de la toma, pues si el niño por lo que sea no quiere comer más, se dejará parte del medicamento en el resto de alimento, y nos resultará imposible conocer qué cantidad se ha dejado.
En este sentido, hay que hacer mención a que algunos medicamentos no deben ser mezclados con leche ni derivados lácteos. Es el caso de algunas tetraciclinas. También hay fármacos que no se deben administrar junto con alimentos, de ningún tipo, sino que debe hacerse con el estómago vacío.
Por este motivo es importante que antes de manipular ningún medicamento en casa, consultes con tu farmacéutico, ya que es el profesional sanitario experto en medicamentos que mejor podrá aconsejarte al respecto.

Autor/es

+ posts

FarmacéuticaCentro de Información del Medicamento del COF Sevilla